18 de octubre de 2009
La lucha de los 2.700 trabajadores de Terrabusi-Kraft ya entró por la puerta grande a la historia del movimiento obrero argentino.
En estos 60 días demostramos que esta empresa norteamericana no nos iba a doblegar en sus planes de despedir 750 compañeros, eliminar el turno noche, aplicar las 12 horas, y liquidar conquistas en las categorías y condiciones de trabajo. Para ese objetivo querían barrer con la Comisión Interna y Cuerpo de Delegados e imponer una disciplina “carcelaria”.
Los 162 despidos del 18 de agosto, el pedido de desafuero de la Comisión Interna y el despido de la mayoría del cuerpo de delegados fueron la punta de lanza de este nefasto plan de Kraft.
Pero el conjunto de los trabajadores, encabezados por la Comisión Interna y el Cuerpo de Delegados le dijimos ¡NO! y enfrentamos el ajuste. Durante 38 días mantuvimos el paro en la planta, con los despedidos adentro, y realizamos varias marchas y cortes de Panamericana. Sufrimos la brutal represión de la policía y el desalojo, y ni así pudieron detener esta pelea en defensa de los puestos de trabajo.
La firmeza del conjunto de trabajadoras y trabajadores dejó en claro los verdaderos planes de la Kraft , desnudó de qué lado estaba el gobierno nacional, y el lamentable papel de la dirección del STIA. Es una lucha que se ganó la solidaridad de la mayoría de nuestro pueblo, expresado en decenas de marchas, cortes de ruta, actos, dinero, alimentos y un extraordinario apoyo popular y de nuestros familiares, que permanentemente estuvieron con nosotros.
Sobre la base que el conflicto de Kraft puso al país al borde del estallido social, como se vio el lunes 28 de septiembre, pudimos aprovechar que los de “arriba” estaban muy divididos y el gobierno kirchnerista estaba embarcado en la “madre de todas las batallas” con la Ley de Medios.
La Kraft , Daer y el Gobierno nacional quedaron muy mal parados y nuestra lucha se prestigió, ganando una inmensa simpatía de todo el pueblo.
Así llegamos a la negociación en el Ministerio de Trabajo. Conquistamos el ingreso de la Interna , la reincorporación de los primeros 30 compañeros, la salida de una parte de la policía, el cobro de los salarios caídos de todos los compañeros de adentro y el sobreseimiento de Hermosilla.
La empresa debió aceptar por escrito los objetivos de su plan de despidos y “aprietes”. Pero siguió “embarrando la cancha” negándose a entregar la lista de los 40 compañeros a reincorporar y mezclando despedidos y suspendidos. La empresa, provocativamente, se negó a entregar la lista de los 20 compañeros que se había comprometido a reincorporar el 6 de octubre y maniobró mezclando en dicha lista compañeros despedidos y suspendidos.
La Comisión Interna pidió un cuarto intermedio para poner el acta de la negociación a consideración de los compañeros despedidos, suspendidos y del conjunto de los trabajadores en asambleas de turno.
El acta plantea en su primer punto el compromiso de la empresa a no producir despidos, mantener las condiciones laborales y los turnos actuales.
Además, se concreta la reincorporación de 40 compañeros (28 suspendidos y 12 despedidos), lo que significa un total de 70 compañeros reincorporados desde el comienzo del conflicto.
Se plantea además que se inicia un proceso de revisión individual de los 52 compañeros aún no reincorporados con la participación del Ministerio de Trabajo de Provincia de Buenos Aires, y los abogados de la Comisión Interna. Los 8 suspendidos restantes con un trámite en el Ministerio de Trabajo volverían a trabajar. Se reconoce a la actual Comisión Interna hasta que se realicen nuevas elecciones.
Las dos asambleas realizadas en la planta (turno mañana y tarde) dieron mandato para firmar el acta, tratando de mejorar el acuerdo sobre la base de diferenciar los suspendidos con los despedidos. Esto último no fue posible.
La empresa maniobraba “corriendo el arco” para pudrir la negociación culpando a la Comisión Interna como intransigente y poder así volver a la carga con su plan inicial.
Dijo la abogada de la Kraft , Ana María Coza, en el pedido de desafuero a Ramón Bogado, más de un mes antes de producir los despidos: “La empresa ya daba comienzo a medidas de intimación y eventualmente despidos de trabajadores en número cercano a 750” . La existencia de este plan fue confirmada públicamente por el Ministro Tomada.
Ejemplo de esto fue que el mismo viernes 16 por la mañana prolongó las suspensiones por 15 días. Estos compañeros, de no haberse firmado el acta, hubieran quedado en calidad de despedidos porque sumarían más de 30 días de suspensión.
Con la firma del acta del 16 de octubre, frenamos esta maniobra, y estamos en mejores condiciones para seguir la pelea por la reincorporación de todos los compañeros. Por eso no haber firmado, es equivocado, como reconoció autocríticamente el compañero Ramón Bogado.
Lo que nos permitió que éste conflicto tuviera la dimensión que tiene, y cerráramos esta primera etapa con un paso adelante, es la unidad entre los despedidos y los no despedidos, esto es lo que más le dolió a la empresa en estos 60 días. Y mantener esta unidad es lo que nos va a permitir obtener nuevos triunfos en esta lucha.
No estamos de acuerdo con lo que dijo el compañero Hermosilla “Me cago en los de adentro. Acá dirigen los de afuera”. Eso es una línea de derrota como se demostró en los conflictos de Maffisa, Casino, Jabón Federal, Dana, FATE, entre otros.
Creer que una lucha tan dura como esta, enfrentando a semejante monopolio, el primer monopolio de la alimentación de los Estados Unidos (y segundo a nivel mundial), a la dirección del sindicato y al gobierno nacional, se gana con unos pocos que gritan mucho, es hacerle el juego a la patronal, que siempre quiso separar los de adentro con los de afuera. Y es despreciar a los compañeros que pararon la empresa 38 días, protegieron a los despedidos echando del comedor a la policía dos veces, como hicieron los del turno mañana; rodearon el edificio de la gerencia como los del turno tarde durante la gripe A; o los cortes de la Panamericana con compañeros de los tres turnos, con un esfuerzo importante de los del turno noche. Porque acá no hay un turno más combativo que otro.
Esta lucha sólo la podemos ganar si la protagonizamos juntos los despedidos y suspendidos y los compañeros que continúan trabajando.
Llamamos al conjunto de las compañeras y compañeros de Terrabusi a enfrentar la campaña de la patronal y de Daer, mintiendo sobre el acta y sembrando intrigas con el objetivo de descalificar y dividir a la Comisión Interna sobre la base de las diferencias que hubo. Ahora toda la Comisión Interna debe cerrar filas asumiendo el mandato de la mayoría de la fábrica basado en las distintas asambleas.
A partir del viernes 16 comienza una nueva etapa en esta lucha.
Proponemos que el conjunto de los compañeros nos reunamos en asambleas de los turnos para debatir lo hecho hasta ahora, y los pasos a seguir.
Proponemos una masiva colecta de los 2.700 trabajadores, para sostener económicamente a nuestros 53 compañeros despedidos que aún no han ingresado a la planta.
Proponemos acciones dentro y fuera de la planta para el día que sean citados los compañeros despedidos al Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires.
¡Viva la lucha de los 2700 trabajadores de Terrabusi-Kraft!
¡Todos adentro!