Señora Presidente:
Soy una trabajadora de Kraft Foods que sufre la presión de trabajar mientras mi esposo es despedido por la misma; al pasar los días es inevitable sentirme mal al verlo luchar igual que los demás despedidos, viendo que por esto quedarán cientos de familias desamparadas. ¿Hasta cuando vamos a seguir así? Con presión, intimidación e indignación. No pensamos en bajar los brazos, pero ya estamos cansados de esta situación. Cuantos días ya pasaron y mi esposo sin poder dormir pensando en qué pasará mañana, sin poder ver a sus hijos, desconcertado por la impotencia de qué hacer o sentir con todo esto que es indignante; hay tantas cosas que decir y que hacer y nadie se preocupa por resolver esta situación, vuelco en esta carta mi desesperación, quisiera que entienda mi tristeza como madre, esposa y compañera al saber que por lo menos voy a esperar una buena noticia.
Nos encontramos día a día con esta preocupación y la verdad que uno pone toda la voluntad del mundo, pero esta situación nos excede, que más quisiéramos que todos nuestros compañeros sean reincorporados a sus puestos de trabajo y así cuidar esta Argentina que sin darnos cuenta estamos dejando caer. Espero una pronta respuesta de su parte para mi y mis compañeros, desde ya agradezco su atención, atentamente. Trabajadora de Kraft Foods.